Ante lo desconocido solemos reaccionar con recelo, desconfianza y cierta suspicacia, y es que lo extraño, lo ignoto produce temor, miedo y sobre todo inquietud.
Emociones todas ellas que frenan la curiosidad, el interés o el deseo de conocer, o simplemente, obstaculizan el disfrute de aquellos beneficios que puede aportarnos lo desconocido.
Otras veces nos dejamos llevar por prejuicios y manidos convencionalismos, sin dar opción al razonamiento y la reflexión.
Esas son, entre otras, las principales razones por las cuales la Psicología, la gran desconocida, suscita, aún hoy día, recelos y cierta prevención.
La Psicología tiene múltiples aplicaciones, una de ellas es ayudarnos a conocernos a nosotros mismos. ¿para qué? ¿qué utilidad tiene el conocernos?
En un mundo materialista, como en el que vivimos hoy día, delimitamos nuestra felicidad al hecho objetivo de tener y atesorar ciertas posesiones, popularidad, fama, posición, éxito... tornándose en amarga desdicha la pérdida de los mismos, o la imposibilidad de lograrlos; y lamentablemente olvidamos y relegamos a un segundo plano el ser, verdadera esencia y germen de la felicidad. De todos es conocido la máxima que dice "La persona que tiene muchas cosas no por eso es feliz. Es feliz el que, aún teniendo poco, sabe sacarle partido a la vida".
Conocernos puede ayudarnos a ser felices, conociéndonos podemos sacarle partido a la vida, conocernos nos ayudará a descubrir la gran riqueza que escondemos en nuestro interior.
Necesitamos conocernos para saber la ingente cantidad de recursos con los que contamos, cómo debemos emplearlos para sacar el máximo provecho de ellos y utilizarlos de modo eficiente para vencer dificultades y contrariedades; dominar miedos y ansiedades; para tolerar frustraciones y desilusiones, superar problemas y obstáculos; canalizar emociones y sentimientos; subyugar instintos e impulsos; para optimizar nuestras relaciones con los demás; para tener una actitud más positiva hacia la vida, para encontrar cauces que nos ayuden a superarnos día a día en el imparable avance hacia la autorrealización personal; y en definitiva para aceptarnos y estimar nuestra valía como personas dignas de respeto y útiles para la sociedad en la que vivimos.
Conocerse uno mismo es difícil y arriesgado, pero merece la pena, y es que conocerse implica enfrentarse a sí mismo con franqueza, sin tapujos ni reservas, y establecer retos que nos permitan estar a gusto con nosotros mismos, valorarnos y aceptarnos.
Así, conocernos puede servirnos para ser más felices, descubrir que en nuestro interior se encuentran las claves para descifrar el enigma de la felicidad. Esas claves sólo son halladas por aquellos que verdaderamente quieren encontrarlas, y la PSICOLOGÍA puede ayudarte a ello.
¿Te apuntas al reto?
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