ESTILOS DE SOCIALIZACIÓN – ESTILO INDULGENTE
Los padres que adoptan un estilo
de socialización-educación con sus hijos, denominado indulgente, se caracterizan por seguir pautas regulares de
comportamiento diferenciadas en torno a
las dimensiones de alta aceptación/implicación
y baja coerción/imposición.
Los padres indulgentes suelen
comunicarse bien con sus hijos, estos padres sostienen una imagen un tanto
simétrica con sus hijos, por lo que actúan con ellos como si fueran personas
maduras capaces de tomar decisiones, encontrar
soluciones, regular su comportamiento y decidir sobre sus propias actividades.
Los padres indulgentes, con frecuencia, hacen
a los hijos partícipes en las reuniones familiares en las que se toman
decisiones, acuerdos o se fijan normas o actuaciones, utilizando el diálogo profusamente para llegar
a acuerdos.
Dada la imagen simétrica que
estos padres tienen respecto de los hijos, limitan su rol de padres a influir
razonadamente en las consecuencias de los comportamientos erráticos o negativos, en la idea
asumida de que el diálogo y el
razonamiento es la mejor técnica disciplinar, mediante la cual pueden conseguir
la inhibición o corrección de los comportamientos inadecuados de los hijos.
Los padres indulgentes evitan el
control impositivo y coercitivo sobre los hijos en todo momento, sustituyendo
ese control por explicaciones y razonamientos, asimismo, estos padres no obligan a sus hijos a
obedecer ciegamente una norma impuesta por la autoridad a no ser que esté
razonada.
EFECTOS SOBRE LOS HIJOS. Los
hijos de los padres indulgentes gozan y perciben un elevado grado de aceptación/implicación, recibiendo un
reconocimiento positivo de sus padres cuando sus conductas son adecuadas, y un bajo
grado de coerción/imposición ya que cuando su comportamiento es errático o
inadecuado, los padres no les imponen sanciones, sino que utilizan el
razonamiento y el diálogo para indicarles cuales son las conductas adecuadas y
por qué.
Un alto porcentaje de los niños
de hogares con padres indulgentes suelen internalizar sólidamente las normas de comportamiento
social. La ausencia de coerciones fuertes por parte de los padres en su educación, parece
ser el motivo por el que estos niños están más orientados hacia sus iguales y
hacia las actividades sociales valoradas por los adolescentes. Asimismo, ese
ambiente afectivo de aceptación y diálogo hace que los niños posean un alto
autoconcepto personal y un óptimo logro
escolar.
Es frecuente que los niños de padres indulgentes, poco entrenados en disciplina en su etapa educacional, por unos padres que les arrogan una madurez ficticia, tengan serios problemas de autodisciplina en etapas posteriores.
Es frecuente que los niños de padres indulgentes, poco entrenados en disciplina en su etapa educacional, por unos padres que les arrogan una madurez ficticia, tengan serios problemas de autodisciplina en etapas posteriores.
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