AUTOCONCEPTO

   En un artículo anterior sobre la Autoestima decíamos que "... un autoconcepto positivo tendrá alta autoestima."

   Pero ¿qué es el autoconcepto? ¿por qué es importante? ¿cómo se forma el autoconcepto? ¿podemos cambiar el autoconcepto?

   Pues bien, el autoconcepto es el concepto que tenemos sobre nosotros mismos, de ese concepto dependerá, en gran medida, nuestra propia aceptación o desaprobación, nuestra desazón o nuestro sosiego, nuestra inquietud o nuestra serenidad, en definitiva, nuestra amargura o nuestra felicidad, de ahí su importancia.

   A medida que crecemos empezamos a tomar conciencia y a valorar nuestras experiencias, nuestras habilidades, acciones, hábitos, prácticas y modos de relacionarnos. Si los adjetivos que definen nuestra forma de ser, actuar, o de relacionarnos con los demás es mayoritariamente positiva, nos sentiremos satisfechos con nuestra forma de ser, de actuar, y abordaremos el día a día con seguridad y optimismo. En cambio, si en esa relación damos prioridad a un gran número de adjetivos negativos estamos apuntados a engrosar el grupo de las personas atormentadas, angustiadas y amargadas.

   Si perteneces a este último grupo, repasa los calificativos. Éstos suelen forjar las creencias sobre nosotros mismos y establecerse de manera férrea como guías que conducen toda nuestra existencia.

   Solemos ser aquello que pensamos que somos: si creemos que somos pesimistas, jamás encontraremos un atisbo de ilusión en nuestra vida; solemos actuar de acuerdo a apelativos que definen nuestra capacidad de acción: si creemos que somos torpes, no haremos el mínimo esfuerzo por intentarlo; nos sentimos de acuerdo a creencias que elucubramos: si creemos que los demás nos ignoran, nos sentiremos rechazados y relegados.

   Lamentablemente, todo ello sólo hará confirmar y ratificar lo que pensamos que somos, cómo actuamos y cómo nos relacionamos, interiorizando, aún más, nuestro autoconcepto. A ello añadir el agravante de que esa forma de ser, actuar o relacionarnos es percibida por las personas que nos rodean, que al unísono se formarán ese mismo concepto sobre nosotros y nos tratarán de acuerdo a él, volviendo a confirmar y ratificar lo que creemos que somos.

   Ante tamaño dislate no ha lugar la desesperanza o el desaliento, somos personas libres para desear y pergeñar cómo queremos ser, cómo actuar y cómo relacionarnos.

   Desechar todas las opiniones negativas sobre nosotros, es el primer requisito; descubrir todas las cualidades, habilidades y actitudes que tenemos, el segundo;  y hacer de ellas el fundamento sobre el cual iniciaremos un cambio sobre nuestro autoconcepto, el tercero.

   Poco a poco creeremos en nosotros y nos convenceremos que somos personas aptas, capaces de dirigirnos  y valorarnos de modo positivo. De igual manera, las personas que nos rodean detectarán el cambio, modificando, a su vez, la actitud hacia nosotros, a la par que contribuirán, con tal actitud, a asentar ese renovado autoconcepto sobre el que estamos trabajando.

1 comentario:

  1. si es verdad, según pensamos de nosotros actuamos, pero nos cuesta darnos cuenta de ello

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