PERFECCIONISMO - La búsqueda de lo imposible

   Tanto el deseo de mejorar cada día, como el afán por lograr metas cada vez más elevadas, son objetivos loables que todos perseguimos en esa aspiración legítima de lograr mejorar y progresar a lo largo de la vida,  a la vez que son benéfica fuente de complacencia y satisfacción interna, como recompensa al esfuerzo realizado.

   Pues bien, esos objetivos loables y meritorios, deseo de mejorar y lograr metas cada vez más elevadas, pueden tornarse en la principal fuente de pesadumbre y amargura cuando exceden la medida de nuestras posibilidades. Hablamos entonces de perfeccionismo, que no es otra cosa que la búsqueda de lo imposible.

   El perfeccionista manifiesta un empeño obsesivo por mejorar, suele imponerse tareas inalcanzables, ante las cuales no se permite el más mínimo fallo o error, de este modo transforma cada objetivo en un fiero desafío que le exige un inhumano esfuerzo, cuya recompensa final, inevitablemente, será una continua insatisfacción consigo mismo y un brutal sentimiento de fracaso e ineptitud.

   El perfeccionismo es un modo de defensa o protección ante el miedo al fracaso, a la crítica, o a la desaprobación por parte de los demás.

   Buscar la perfección es la búsqueda de los imposible, ya que la perfección no existe, por ello todo aquel tiempo que invertimos en su consecución es tiempo perdido, tiempo que nos sería más ventajoso dedicarle a actividades más placenteras.

   Es importante conocerse y aceptarse a uno mismo, asumir que lo normal es ser imperfecto, que los errores nos brindan oportunidad de aprender, a la vez que nos ayudan a crecer tanto humana como profesionalmente.

   Sabemos que la confianza en uno mismo se logra cumpliendo objetivos, por ello esos objetivos han de ser realistas, acordes a nuestras posibilidades, es decir con alta probabilidad de poder alcanzarlos.

   Y por supuesto disfrutar y dar una mayor importancia al proceso de la tarea en sí mismo, que al resultado, valorando los numerosos aspectos positivos de ese proceso en lugar de magnificar  y ponderar los escasos aspectos negativos.

ES PREFERIBLE SER IMPERFECTO Y SER FELIZ