ANSIEDAD: SITUACIONES EN LAS QUE SE EVALÚA A LA PERSONA

  Hay varias situaciones ante las cuales podemos sentir ansiedad de forma más notoria, veamos una de ellas: SITUACIONES EN LAS QUE SE EVALÚA A LA PERSONA.

 Dos amigos se presentan a un examen, uno de ellos lleva varios días con trastornos abdominales, nauseas, sensación de ahogo, insomnio, el malestar le impide concentrarse para preparar el examen, está preocupado, inquieto y le es imposible prestar atención a sus estudios, minutos antes del examen su malestar se acrecienta, se siente incapaz de realizar la prueba, su mente está confusa, tiene palpitaciones, temblores, sudores fríos....al final decide no presentarse.
  El otro amigo, por el contrario, sigue su ritmo de estudios sin ningún problema, duerme tranquilo, en una palabra su vida cotidiana no se ha visto alterada por la proximidad del examen, minutos antes del examen siente una ligera ansiedad, está preocupado, su corazón late ligeramente más acelerado, pero todo ello no le impide presentarse al examen.

  ¿Qué circunstancia ha ocasionado tanto malestar al primer chico?
Podríamos atribuirlo al examen, que está considerado como una situación ciertamente estresante y provocadora de ansiedad, ya que se trata de una situación en la cual se realiza una evaluación de la persona.
Pero ¿por qué no ha provocado la misma sintomatología a su amigo?

Porque la situación en sí no causa la ansiedad, 
sino la interpretación que se da a la misma.

¿Cómo interpreta el chico la situación? sin duda de modo erróneo.

  El primer paso sería analizar su monólogo interior, aquello que se dice a sí mismo, en él encontraremos la clave a tanto desasosiego y malestar.
  Todo aquello que nos decimos de forma despiadada y cruel, tanto de la situación (es horrorosa), como de la atribución que hagamos sobre nosotros mismos (soy incapaz, no puedo) tiene la facultad de provocarnos un estado de ansiedad, que se manifiesta en tres campos. 

 A nivel del pensamiento, la ansiedad se manifiesta como aprensión, preocupación, pensamientos negativos sobre uno mismo, sentimientos de inseguridad, etc.; a nivel fisiológico, por palpitaciones, dificultad respiratoria, temblores, vértigo, mareos, transpiración, boca seca, nudo en el estómago, etc.; y a nivel de conducta con tics nerviosos, tartamudeo, conductas de evitación, agresividad, etc.

  El chico de nuestra historia, interpretó erróneamente la situación de examen, manifestó una serie de síntomas en los tres niveles señalados, que culminaron con la evitación de la situación que él creía la causa de su malestar.

En la naturaleza encontramos remansos de paz
que son bálsamo para nuestra mente.
  Pues bien, si todos estos síntomas tienen origen en la interpretación que damos de las situaciones, cosas o personas, podemos cambiar esa interpretación y hacerla de modo correcto, más positiva, más flexible, y entonces... ¡oh maravilla! la situación, el examen, no hubiese sido tan estresante para este chico, se hubiera sentido con capacidad para afrontarlo y con la seguridad de salir airoso, en una palabra,  hubiera sido una situación más llevadera.












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