SER PADRES

   Ser padres es una tarea difícil y una de las más complicadas e importantes que nos podemos plantear a lo largo de la vida. Hoy día esa tarea puede ser más ardua y compleja dada la convulsa sociedad en la que vivimos, en la que se producen continuos cambios que se desarrollan con vertiginosa rapidez originando momentos de angustia y confusión, incrementándose aún más, cuando nos enfrentamos a la tarea de educar a nuestros hijos.

   Los padres suelen afrontar la educación de sus hijos con numerosas dudas, miedos y preguntas, y muy pocas respuestas, quieren acercarse a sus hijos, comprenderlos, y muchas veces no saben como llevarlo a cabo, y es que ser padres no se limita a traer un hijo al mundo y criarlo, lo fundamental es educarlo para convertirlo en un ser autónomo, satisfecho consigo mismo e integrado en la sociedad.

   Un preliminar necesario para afrontar la tarea de ser padres consiste en eliminar etiquetas y reconocernos como seres humanos, admitiendo que no somos perfectos, que no existe un ideal de educación, sino que somos personas comprometidas con el proyecto de educar a nuestros hijos y dispuestas a trabajar incansablemente y a no desanimarse ante las dificultades.

Posteriormente es requisito imprescindible mimar el ambiente en el cual el niño se desarrolla, dado que el niño aprende a partir de lo que vive. Un ambiente propicio será aquel que proporciones amor y seguridad, en el cual el niño se sienta querido, valorado y aceptado; se le enseñe a ser independiente haciendo que paulatinamente adquiera responsabilidades de acuerdo a su edad. Importante, igualmente, es erradicar de las pautas educacionales la comparación entre hermanos, o entre otros niños, pauta que solo suscita sentimientos de inferioridad, no utilizar la coacción y el miedo como recurso educativo; respetar los sentimientos del niño, contestar a sus preguntas con respuestas comprensibles a su edad, y por último apoyar y potenciar la sociabilidad y su integración, y ayudarle a que descubra su identidad.

   Con estas premisas habremos construido el medio adecuado para que el niño se descubra a sí mismo, desarrolle sus potencialidades, se sienta querido y aceptado y, sobre todo, a gusto con lo que es, porque en definitiva en eso consiste la educación.

   Por último no olvidemos que la educación es un proceso activo, que es el niño el que se educa y construye a sí mismo día a día, los padres propiciamos el ambiente, intervenimos, orientamos y promovemos la actividad de nuestros hijos para que ellos inicien ese proceso.

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