ANSIEDAD: SITUACIONES DE AMENAZA INTERPERSONAL

  El ser humano vive en sociedad formando parte de distintos grupos, la familia, el grupo de amigos, la comunidad de vecinos, el club deportivo, etc. necesitamos a los demás y de ellos recibimos la aceptación y aprobación que refuerza nuestra autoestima y nos proporciona sensación de seguridad. Integrados en estos grupos interactuamos con otras personas y en reciprocidad recibimos y damos aceptación y reconocimiento. Todos necesitamos a los demás para un crecimiento sano y equilibrado encontrando un sentido en nuestra vida.
  A pesar de ello esa interacción puede convertirse en otra fuente de ansiedad para muchas personas, se trata de aquellas SITUACIONES DE AMENAZA INTERPERSONAL, en las cuales la persona percibe a los demás como fuente de infelicidad e insatisfacción.


    1- Rosa comprueba que en la tienda le han cobrado de más, pero no se atreve a hacer la pertinente reclamación que subsane el error.


    2- Desde hace varios meses Luis comparte tardes en el parque con unos chicos del barrio, últimamente su diversión consiste en hacer alguna que otra "faena" en el recinto, Luis sabe que lo que hacen no está bien, pero no se atreve a decirlo y participa en los hechos con sus nuevos amigos.


  Se trata de dos situaciones tipo, muy frecuentes para algunas personas, pero analicemos ¿son los demás los que originan ansiedad a Rosa y Luis? o más bien, ¿Rosa y Luis atribuyen a los demás una intencionalidad en su comportamiento? de lo que no cabe duda es que todos tendemos a  interpretar el comportamiento de los demás pasándolo por el filtro de lo que nosotros haríamos.
  Así, una tendencia a ser y pensar en negativo, nos lleva a suponer intenciones negativas en los demás aunque no exista ninguna razón lógica que lo sustente. Una baja autoestima nos hace excesivamente dependientes de la opinión de los demás para sentirnos medianamente aceptados y seguros. Un sentimiento de inferioridad nos hace creer que somos deficientes e inaceptables en cualquier situación de nuestra vida, tornando nuestras relaciones en una actitud de hostilidad y desconfianza. Si nosotros mismos no nos aceptamos ¿por qué exigimos que los demás nos acepten?


  Si Rosa asume su inferioridad respecto a los demás, esa idea atenaza cualquier iniciativa que le permita resolver las pequeñas contrariedades que le presente la vida, ya que el temor a ser rechazada, a comportarse de forma torpe o inaceptable, genera en ella un estado de ansiedad que deteriora su competencia.
  Por otra parte, Luis, tal vez, necesita de modo prioritario la aprobación y aceptación de sus nuevos amigos, ello le lleva a una situación de conflicto generada por el dilema de lo que debe hacer y lo que hace, provocándole una tensión emocional que de mantenerla en el tiempo puede llevarle a un estado de ansiedad.

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