ANSIEDAD: SITUACIONES DE LA VIDA COTIDIANA


  Otra de las situaciones que genera ansiedad, a la que todos estamos expuestos y de la que es difícil escapar comprende el apartado que denominamos SITUACIONES DE LA VIDA COTIDIANA, y que engloba múltiples circunstancias, tales como el trabajo, la casa, los niños, el estudio, el exceso de responsabilidades, el tráfico, pequeños contratiempos, etc. 


  Si todos estamos inmersos en esa vorágine del día a día ¿por qué no todas las personas sufren ansiedad? 


  María y Marta son dos mujeres que comparten circunstancias muy similares,  son abogadas, están casadas, tienen hijos en edad escolar, buena posición económica y social. María además ejerce su profesión en una multinacional. Ambas están diagnosticadas de un trastorno de ansiedad.


  María se queja de una vida estresante, exceso de responsabilidad en su trabajo, falta de tiempo para dedicarlo a su familia, sensación de no atender adecuadamente a sus hijos, falta de tiempo para ella misma.


  Marta por el contrario relata una vida dedicada a su familia y a su casa, una vida que cataloga de rutinaria que la produce una sensación de vacío y frustración, por ello está pensando en retomar el trabajo que dejó.


  Este supuesto en si, requiere análisis exhaustivos de los posibles factores intervinientes: factores circunstanciales, sociales, laborales, y de modo preferente los factores personales. 


  El factor personal es intrínseco y privativo de cada persona, y tiene la facultad de interpretar otros elementos, ya sean circunstanciales, o sociales, así como capacidad  para magnificar o aminorar su transcendencia y modular los efectos que dichos elementos puedan producir.  




  A primera vista el factor circunstancial que diferencia a ambas mujeres es el trabajo. ¿qué atribución dan cada una de ellas al trabajo? 

  Para María parece ser causa de estrés, desazón, e impedimento para pasar más tiempo con los suyos. Para Marta, en cambio, el trabajo sería un bálsamo que aliviaría su malestar.


  ¿Cómo una misma circunstancia, el trabajo, es sufrimiento para una y alivio para otra? ¿será la escusa válida? ¿será explicación autoafirmativa?


  De lo que no cabe duda, que emociones incompatibles no emanan de una circunstancia, sino de pensamientos antagónicos.


  Por supuesto pensamientos trufados de convencionalismos sociales, que victimizan de manera encarnizada a la mujer, ofreciendo argumentos perversos de igualdad a través del trabajo, sin alternativas de conciliación entre trabajo y familia, convencionalismos sociales que incitan a la mujer a proezas inhumanas a costa de su salud física y mental, a la vez degradan y relegan a una posición humillante a la mujer que dedica su tiempo a la familia, obviando el trabajo silencioso, solícito, eficiente, diligente, esmerado, desvelado, estricto, metódico, delicado, afectivo.... ( y mil adjetivos más) que la mujer desarrolla, desde que el mundo es mundo, como elemento de cohesión social, siendo pilar fundamental en la socialización y educación de los hijos y sostenimiento de la familia como base de la estructura social.
















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